Las metástasis del capitalismo

Por Jorge Gómez Alcalá 
 
Esta ponencia es una consecuencia de la exposición que hice en el día de ayer sobre “El quinto discurso de Jacques Lacan”.
En esa conferencia anudé dos conceptos al sistema capitalista, que formuló  como discurso el maestro francés.
Son los conceptos de “perversión” y “plus de goce”.
Ambos, como fui desarrollando en dicha exposición, están en la base del sistema y contribuyen a entender y hacernos comprensibles todas las peculiaridades que observamos en las distintas fases por las que pasa el discurso capitalista.
A medida que avanza, el capitalismo ahonda cada vez más en los objetivos que se ha propuesto desde su comienzo, pervirtiendo las relaciones entre los hombres generando nuevas patologías, individuales y sociales.

No solo lo vemos en la clínica, donde proliferan nuevas enfermedades mentales que son catalogadas como “trastornos”
por los nuevos manuales de psicopatología DSM 4 y ahora el modernísimo DSM 5 que tienen su origen y sus mentores en los EEUU y en el cognitivísmo, escuela psicológica que trata de adecuar la conducta humana a las nuevas condiciones del capitalismo.

También lo vemos en las instituciones básicas, como la familia, donde los roles se encuentran alterados y pervertidos, dificultando las necesaria funciones materna y paterna

Lo vemos en las religiones, que se quedan sin respuestas ante los nuevos retos del sistema y en la proliferación de otras nueva, la mayoría en forma de sectas que “prometen” un lugar para el deseo como deseos insatisfecho, haciéndole un espacio a la falta.

Por lo tanto, extraemos como consecuencia una primera proposición: Hay un solo malestar en la civilización: el discurso capitalista.

En este momento histórico, podemos afirmar que todas las civilizaciones y culturas fueron ya definitivamente alcanzadas por el movimiento circular del sistema
Movimiento, que como hemos observado en el Matema del discurso capitalista creado por Lacan, se desarrolla sin corte alguno, no dando lugar a la emergencia de la imposibilidad como generadora del objeto causa del deseo, y que es propio y necesario para el establecimiento del discurso humano.

En todas las regiones del planeta arraiga la técnica, y por ende se genera progresivamente un “plus de goce” que puede, al menos en teoría”, estar al alcance de cualquiera..

Se ha impuesto la re-negación de la castración, propio del sistema capitalista, que no solo es “café para todos”, sino que es para  el conjunto de los habitantes de la tierra  la  instauración  de la perversión como modo de vida “natural”.

El desarrollo tecnológico se ha extendido por todo el mundo y en muy diferentes campos, pero aún no se ha llegado a construir una civilización política mundial, aunque hacia ello avanzamos.
Las luchas nacionales, religiosas y políticas a las que asistimos no alteran para nada el sistema, sino que por el contrario lo reafirman y consolidan. Observaremos que éstas irán en aumento progresivamente, adoptando nuevas formas y siendo cada vez más cruentas y generalizadas.

El enfrentamiento entre civilizaciones, que tanto preocupa a nuestro presidente actual aquí en España, nos oculta un fenómeno interesante pues consiste en el intento subjetivo de reafirmarse cada una en su propia verdad, expulsando lo que se nos impone como tal por parte del sistema global, para generar con ello la imposibilidad que nos convierta en sujetos deseantes.

Se ha impuesto una subjetividad absoluta que nos hace ver como “natural” la fabricación masiva de armas, cada vez más letales, la creación de estados militarizados y dictatoriales, sangrientas guerras que se extienden a lo largo y ancho del planeta, afianzamiento de la fase de capitalismo financiero, del imperio de los banco y multinacionales y de la dictadura de los mercados.

Esta época que nos tocó vivir, se caracteriza por la imposición perversa de la abolición de la falta. Aquí todo vale.
Asistiremos a una avalancha de inmigrantes, gentes que huyen de la pobreza más extrema o de una muerte segura en sus tierras o de fenómenos climáticos provocados por el desarrollo desenfrenado y enloquecido de la técnica.

Pero este camino no es eterno. Las vueltas circulares del discurso capitalista no son una banda de Moebius, no es una cadena sin fin.
Según Lacan , el capitalismo marcha hacia su consunción , bonita palabreja que nos trae el traductor del francés, que ni siquiera figura en el María Moliner, pero que debemos entender como adelgazamiento,acabamiento, agotamiento del sistema hacia su fin lógico.

El marxismo ya lo pronosticaba, pero lo hacia sobre una base dialéctica y económica, creía que las oposiciones de clases y otras generarían este fenómeno, pero esto ahora nos parece obsoleto.
El proletariado no está en condiciones de realizar ninguna revolución, y no aparece en el horizonte ningún significante que ocupe su lugar.

La dialéctica burgueses proletarios, izquierda derecha, pobres y ricos, norte sur, occidente oriente, civilización barbarie, ya no nos sirven, devoradas por la luctuosa marcha del sistema capitalista.

Sin embargo tenemos la firme convicción de que existe un fin.
Tardará mucho tiempo, No lo veremos probablemente nosotros, Pero se consumará.

Mientras tanto el dolor, el sufrimiento y la muerte se extienden por todo el planeta y no existe ninguna posibilidad política de regularlo.
Los partidos políticos se han convertido en meros gestores o administradores del sistema, dependiendo enteramente de entidades supranacionales cuyo interés no es otro que el aumento indefinido de beneficios, de capital, de lucro.

Los pensadores más avanzados llegan a conclusiones diversas.
Mouffé, por ejemplo, cree que debemos intervenir desde la arena política para intentar detener el avance destructor del sistema.
Zizek, no cree en esa posibilidad, como tampoco la creyó Lacan, aunque lo intentó en su país, Eslovenia, pero piensa que es posible restablecer un orden dialéctico y para ello tendría muchas posibilidades el comunismo.

Obviamente, debemos entender este comunismo despojado de los gravísimos errores cometidos en el pasado debido al leninismo y al estalinismo, y debidamente actualizado a esta etapa capitalista avanzada que estamos viviendo.

Son dos posiciones, ambas respetables, pero sigo pensando que todavía nos resulta inimaginable como se resolverá el futuro.

Muchos somos los que esperamos la aparición de un significante nuevo capaz de acabar con las barbaridades que sufrimos, aunque comprobamos una y otra vez que fracasan todos los intentos de hacer entrar al capitalismo en contradicción y en crisis.

Porque el núcleo sobre el que se sustenta no es meramente económico, como sostiene el marxismo, sino de plusvalía de goce, o sea que tiene que ver con la condición perversa del deseo humano y éste es inmodificable.

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