No hay palabras para expresar el dolor. El dolor es inmenso.



 

IN MEMORIAM.

París nos llama... Vamos a decir el último adiós a un gran amigo.
Querido Gérard, dedicaremos el próximo libro sobre "Cuentos Infantiles" donde escribes un texto maravilloso, para rendirte un gran homenaje. Recuerdo que la última vez que te vi fue en el Coloquio de Madrid. Pero constantemente hablábamos y nos enviábamos mensajes y cartas. Quedamos de vernos en agosto en París para celebrar tu cumpleaños y para que yo te llevara el libro publicado de "Erotismo" donde también escribiste un texto precioso. Ya no pudo ser... pero tu recuerdo, mi querido y entrañable amigo, vivirá en mi corazón mientras yo viva. Mi tristeza es tan grande como mi gratitud.
Cuando un amigo se va
Queda un espacio vacío
Que no lo puede llenar
La llegada de otro amigo
Cuando un amigo se va
Queda un tizón encendido
Que no se puede apagar
Ni con las aguas de un río
Cuando un amigo se va
Una estrella se ha perdido
La que ilumina el lugar
Donde hay un niño dormido
Cuando un amigo se va
Se detienen los caminos
Y se empieza a revelar
El duende manso del vino
Cuando un amigo se va
Galopando su destino
Empieza el alma a vibrar
Porque se llena de frío
Cuando un amigo se va
Queda un terreno baldío
Que quiere el tiempo llenar
Con las piedras del hastío
Cuando un amigo se va
Se queda un árbol caído
Que ya no vuelve a brotar
Porque el viento lo ha vencido
Cuando un amigo se va
Queda un espacio vacío
Que no lo puede llenar
La llegada de otro amigo
Alberto Cortez