EL MALESTAR EN LA CULTURA

Esto es lo que hay: o lo tomas o lo dejas.
Por Miguel Moya

Con la llegada del 21 de diciembre de 2012, muchos y muchas a lo largo y ancho del planeta Tierra esperaban en clave de burla o burdamente, el fin del mundo. Pero el mundo sigue aquí. Tan muerto y siniestro como siempre. Tan vivo y vital como siempre.
Justo en esta fecha, unos 30.000 indígenas mayas zapatistas bajaron de las montañas para sembrar silencio y con él poner a temblar al poder (1) . Y no sólo nos dijeron a las –personas- de abajo y a los –varones- de arriba que el mundo seguía. Advirtieron con su modesta presencia y su lenguaje corporal más sencillo -caminando y subiendo al templete con el puño izquierdo apretado- que tan sólo aquello hecho con sentido de la colectividad, apoyo mutuo, tesón y sin ansias de desarrollar privilegios, ni poder coercitivo, puede prevalecer, resistir y perdurar.