HISTORIAS DE HERMANAS por Cristina Jarque.


 HISTORIAS DE HERMANAS
por Cristina Jarque.
Desde que me fui de México a hacer mis estudios en París (hace treinta y dos años) siempre tuve un sueño; el de ser un puente entre los cuatro países donde he vivido: México (país que me vio nacer), Francia, Perú y España (mis países adoptivos). Ese sueño, poco a poco ha ido tomando estatuto de deseo, cristalizándose y haciéndose realidad. En el camino, he encontrado obstáculos, pero he tenido la fortuna de contar con el psicoanálisis. El trabajo analítico nos abre los ojos y alumbra la mente para poder escuchar la voz interna del deseo inconsciente. Eso permite aprender a sortear los obstáculos. Nuestro grupo de LaTE lleva una “a” minúscula que representa al objeto pequeño “a” que es nuestra causa de deseo, pero también lleva el latido del corazón que late, precisamente, alrededor del amor por el psicoanálisis. Cada año, dentro de nuestros eventos, realizamos “Los Monólogos Femeninos” que tienen como objetivo alzar la voz en contra de cualquier tipo de violencia. Varias personas se han unido para participar en nuestros monólogos. A día de hoy, yo he escrito trece monólogos, el último sobre “La Emperatriz Sissi”, personaje de 2023. La escritura de los monólogos son creaciones propias, que surgen desde lo más íntimo de cada quien. En una ocasión, en 2017, tuve la necesidad imperiosa de hablar de la violencia entre hermanas rivales: Las llamé: “ANTI-HERMANAS” y escribí una novela en torno a ese tema. En ese momento, mi deseo era poder transmitir la violencia del lazo fraternal. Para ello, busqué y busqué... Busqué en la historia; en leyendas; en casos de la vida real... Lo que yo quería era encontrar historias de hermanas que me sirvieran de inspiración porque quería plasmar esa violencia terrible de la que pocos hablan. Caín mató a Abel, pero allí terminó la historia. Para Caín fue algo así como: “muerto el perro, se acabó la rabia”. No obstante, algunas historias de destrucción entre hermanas van más allá... No buscan la muerte de la hermana sino su sufrimiento eterno. Es “un plus” al estilo “Medea”. Es un goce femenino tocado por la pulsión de muerte desde la pulsión de destrucción del lado femenino. No se satisface con la muerte, tiene que haber más aun... Aun más... ¿Más qué? ¡Más dolor! En aquel tiempo me resultaba difícil ponerlo en palabras porque yo quería transmitir lo que siente la hermana perseguida, cuando con gran espanto, mira deslizarse por debajo de la puerta “la tarjeta con el perrito dibujado”, esa escena escalofriante de la película francesa “Folie à deux”. ¡Me impactó tanto! ¡Me tocó en el fondo del corazón! Es la historia de una hermana que mira con lupa la vida de la otra hermana. Si la hermana triunfa, la otra tiene que hacer algo para destruirla. No soporta que la hermana sea feliz, no puede con ello... ¿La odia? ¿La envidia? ¿Qué le pasa? Yo diría que la hermana envidiada es “la hora de la verdad” desde la pulsión de muerte para la hermana envidiosa. ¡Se obsesiona con ganarle y con destruirla! Mientras investigaba estas historias y publicaba la novela ANTI-HERMANAS, fui a tomar un café en Madrid con mi colega y amigo Néstor Braunstein. Hablamos sobre este tema y de pronto él me comentó la historia de “Baby Jane”. Así fue como aquella tarde lluviosa de Madrid, mientras caminaba del brazo de Néstor por la Gran Vía, empecé a pensar en esa historia que me contaba Néstor y que me estaba tocando el alma. El monólogo que preparé para ese año (2017) se inspiró en “Baby Jane”. Recuerdo que cada vez que lo presentaba, la gente se sorprendía mucho. Me daba cuenta de que era fuerte, era intenso, era perturbador. Pero al mismo tiempo, era fascinante. Seducía porque simplemente, daba en el clavo. Muchas personas, (las que habían tenido historias similares con hermanas de esa naturaleza) se sentían identificadas y sobre todo, agradecidas de que alguien pusiera voz a las hermanas “abusonas”. El monólogo de “Baby Jane” testimonia que en toda escritura hay siempre algo detrás. En la escritura de ese monólogo, lo que hay detrás es la relación de dos mujeres rivales: la de Olivia de Havilland y su hermana Joan. A Olivia la recordamos por la afamada película “Lo que el viento se llevó”. El germen de odio entre Olivia y Joan surgió en la infancia. Joan estaba carcomida por los celos y la envidia. La hostilidad de Joan provocó la separación en vida de las dos hermanas. Jamás volvieron a verse pero su vida estuvo marcada por lo que podemos llamar: “una guerra a muerte”. Olivia sobrevivió a Joan. Cuando Joan murió, Olivia dijo: “No siento ningún pesar. Era mi hermana, si. Pero... ¡también era mi peor enemiga! ¡Era una amenaza constante! Me acosaba, me perseguía, estaba obsesionada conmigo. ¡Quería mi destrucción! Su muerte ha sido un alivio para mí, una ráfaga de paz en mi alma”. Se sabe que Joan despojó a Olivia de la herencia familiar, Olivia nunca quiso pelear la herencia ni impugnar el testamento. Escribió lo siguiente: “Nacemos sin traer nada. Morimos sin llevarnos nada. Pero en ese intervalo de tiempo hay quienes pelean por algo que no han traído y no van a llevarse”. En la clínica psicoanalítica constatamos muchas herencias perdidas por hermanas celosas que al estilo “Medea” desean despojar a la hermana envidiada. Algunos pacientes hablan del daño de las hermanas “abusonas”, pero son pocos los que lo hacen, la mayoría lo reprimen. El éxito que ha tenido el libro ANTI-HERMANAS se debe a que abre los ojos a las mujeres que tienen esos vínculos fraternales enfermos. Mujeres que han sido maltratadas por sus hermanas. Hoy en día se habla mucho del maltrato de hombres a mujeres, los feminicidios. Es lógico que sea así porque allí están las estadísticas que corroboran esos maltratos y esos asesinatos de sujetos en posición masculina hacia la posición femenina. No obstante, hay otros maltratos, algunos pasan desapercibidos porque son de mujeres a otras mujeres. Hay que tener la valentía de hablar de ese maltrato tan terrible que se da especialmente de la madre estrago hacia la hija, o bien, de la hermana estrago hacia la otra hermana. Algunas pacientes lo dicen, a veces en “el entre líneas”, y así nos damos cuenta de que esa hermana estrago está allí, marcando la vida de la otra hermana y ejerciendo una violencia insospechada y nefasta. ¿Qué dice el psicoanálisis al respecto? En el libro CELOS encontraremos nueva luz para alumbrar este tema.

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