Es HOY (14/06). 18:30H de España. Celebraremos nuestra última clase del curso EnsoñArte (2022-2023). MIEDO A ENAMORARSE. "El sujeto es consecuencia de su historia propia (novela familiar) y de su contemporaneidad (novela social). Las experiencias que cada quien viven en su estapa infantil dejan huellas a nivel psíquico que traen consecuencias en las experiencias amorosas de los sujetos adultos. ¿Qué pasa cuando un analizante nos dice que padece de miedo a enamorarse? ¿Qué quiere decir con estas palabras? Algunos colegas lo colocan en el plano de las fobias, se le llama "filofobia". En el Seminario IV (La relación de objeto) Lacan habla del caso del pequeño Hans y desarrolla la fobia al caballo. Dice Lacan que la fobia es una respuesta defensiva frente a un deseo reprimido o prohibido que no puede ser expresado por medio de la palabra. El sujeto desplaza su miedo hacia un objeto o situación específica (en este caso el objeto caballo), convirtiéndola en el foco de su fobia. Esta fobia funciona como un mecanismo de evitación para proteger al sujeto de enfrentar su deseo inconsciente. Dicho esto, podemos pensar que así como el pequeño Hans desplazó el miedo inconsciente al miedo al caballo, algunos analizantes desplazan sus propios miedos inconscientes al miedo a enamorarse. En ese sentido el miedo a enamorarse puede ser considerado un síntoma cuyo origen está en un miedo profundo que tiene como consecuencia activar un mecanismo de defensa que funciona como una autoprotección. Parece que lo que más desea el sujeto en cuestión, es precisamente enamorarse. Pero al mismo tiempo que nos dice eso (es el motivo de su queja) vamos viendo durante el tratamiento analítico que evita situaciones, personas o relaciones que podrían llevarlo a un compromiso emocional profundo. En muchos casos, cuando hay hijos, tras el divorcio vemos la incapacidad que tienen algunas personas para animarse a colocar una nueva pareja en el lugar de función parental de los hijos. Da la impresión de que por alguna razón inconsciente no se logra colocar a alguien en el sitio de padrastro o madrastra de los hijos. Profundizando historia, vemos que alguna abuela quedó viuda joven y jamás tuvo otra pareja, otorgando a los hijos la imagen del padre muerto como única posibilidad de función paterna. O el padre que quedó viudo joven y tampoco tuvo pareja con lo cual elevó la función de la madre muerta como única posibilidad de función materna para sus hijos. Estas peculiares historias familiares pueden acarrear síntomas que traen como consecuencia la imposibilidad de encontrar una nueva pareja por el miedo a enamorarse o también podríamos decir por el miedo a romper algo sagrado impuesto desde los ancestros: el derecho a ser esposos eternos, el sagrado vínculo de matrimonio o de convivencia de pareja y sobre todo, el derecho al sagrado vínculo filial. ¿Puede alguien nuevo ocupar el lugar del esposo muerto en lo simbólico (por muerte natural o por divorcio)? Escuchamos a un joven hombre cuestionándose: ¿Cómo voy a darle una nueva madre a mi hijo? Lo mismo una joven mujer se pregunta. ¿Cómo puedo mirarme al espejo si propicio el vínculo de un nuevo padre para mi hija? Nos preguntamos entonces: ¿Puede alguien nuevo ocupar el lugar del auténtico padre de los hijos? Lo mismo con la esposa y la madre. A veces esas funciones se erigen como sagradas y producen un aparente miedo a enamorarse cuando lo que hay en el fondo es el miedo a destituir estos mandatos grabados en lo más profundo de la psique humana. Nos vemos en unas horas". Cristina Jarque.