Vannina Micheli-Rechtman y Cristina Jarque en París (2025).

 París 2025. Hoy ha tenido lugar un encuentro maravilloso con mi querida colega Vannina Micheli-Rechtman. Hemos intercambiado libros como quien intercambia pedacitos de alma: textos sobre lo femenino, la cultura, el psicoanálisis y todo aquello que nos atraviesa como mujeres que comparten el amor por el psicoanálisis y la escritura. Me siento afortunada y agradecida, no solamente por los proyectos futuros sino también porque ha surgido entre nosotras dos, lo esencial: la alegría de encontrarnos, la certeza de una amistad que se construye con respeto y admiración. Porque cuando dos mujeres se escuchan desde lo verdadero, se teje algo que trasciende: la sororidad, ese lazo invisible pero poderoso que se crea cuando una mujer reconoce a otra. La sororidad es tender la mano, es celebrar los logros ajenos como propios, es escuchar con el corazón abierto y compartir desde la experiencia vivida. La sororidad no exige perfección, solo presencia y sinceridad. Es lo que nos permite sanar, crecer y sostenernos unas a otras. Porque cuando una mujer avanza, lo hacemos todas.

 


 

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