Dexter: el asesino exquisito. Por Cristina Jarque.


 

Dexter: Resurrección.
Esperábamos el estreno ya que Dexter fue motivo de un texto que escribí (lo anexo aquí debajo) y presenté en un congreso sobre "el pasaje al acto asesino". Hoy hemos visto los dos primeros capítulos y he notado una evolución del personaje que es patente desde el primer capítulo. Dicen que para los fanáticos de la serie, esta nueva entrega no va a defraudar y que promete una exploración profunda del pasajero oscuro que habita a Dexter y su lucha interna entre el bien y el mal.
Dexter: el asesino exquisito
Cristina Jarque
La primera vez que escuché a Dexter (personaje de la serie de TV) hablar de su oscuro pasajero, supe que podía tratarse de una serie interesante para reflexionar desde el psicoanálisis. Conforme fueron avanzando los capítulos fui constatando que, efectivamente, no me había equivocado en la percepción. Hay un capítulo del que quiero hablar en especial. Es el capítulo 8 de la temporada 1 que se llama: "Secreto de psiquiatra". En este capítulo Dexter investiga una serie de suicidios de varias mujeres que tienen algo en común: todas son bellas, poderosas, independientes y triunfadoras. Además de ser mujeres a las que se les puede considerar como exitosas, tienen algo más en común: su psicoanalista. Para poder investigarlo, Dexter decide ir al consultorio y hacerse pasar por su paciente. Esto lleva al espectador a comprender dos cosas muy importantes:
1) que hablar desbloquea la mente. Puesto que hablar logra desbloquear en el mismo Dexter un recuerdo: la escena traumática del asesinato de su madre que es el núcleo que desencadenará en él, la pulsión asesina.
2) que algunos sujetos tienen una gran insoportabilidad al éxito desde lo femenino. Esos sujetos son peligrosos y más aún si tienen un lugar de poder frente a esas mujeres, como en este caso, ser su psicoanalista.
Comento este capítulo para puntuar que analistas como el personaje de este capítulo no existen solamente en la ficción. Lamentablemente, muchas veces llegamos a conocer su mala praxis, a través de los analizantes que nos hablan de ellos después de haber sido sus víctimas. No obstante, es un alivio que tarde o temprano se llegue a saber lo relacionado con la mala praxis.
Pasaré ahora a hablar de los llamados "psicópatas". El concepto de un perfil psicológico específico del asesino serial fue introducido por Ressler, quien parte de la idea de que sus comportamientos, precursores del asesinato, siempre han estado presentes, desde la infancia, y lo relaciona directamente a la falta de amor, con historias marcadas por problemas de adaptación social y de abuso infantil. Plantea que el problema del asesino en serie es un problema de amor. En ese aspecto, este autor plantea lo mismo que el psicoanálisis, en el sentido de que los sujetos somos producto de nuestra historia personal. En la actualidad el concepto de asesino en serie forma parte del discurso actual. No obstante, el psicoanálisis es renuente a las etiquetas y a los patrones generales. Se intenta más bien investigar y ubicar los pasajes al acto asesino desde las estructuras psíquicas: neurosis, perversión y psicosis. Lo que yo deseo plantear en este texto tiene relación con la frase utilizada por el filósofo inglés del siglo XVIII Thomas Hobbes: HOMO HOMINI LUPUS "El hombre es un lobo para el hombre".
En otras palabras, que en ciertos momentos, cuando se establecen circunstancias específicas los sujetos podemos sacar lo peor de nosotros mismos. Lo vemos constantemente y sobre todo en los pasajes al acto asesino: cuando un sujeto es confrontado al objeto pequeño "a" en el sitio de desecho, a nivel de la identificación, puede llegar a descompensarse, angustiarse, y en algunos casos, puede llegar a asesinar. El pasaje al acto asesino es una pérdida de control y ocurre cuando el sujeto es confrontado a algo que le parece del orden de lo insoportable.
El "pasaje al acto" y el "acting out" son dos cosas diferentes aunque no están tan alejados uno del otro. Ambos son expresión de una forma de repetición. El pasaje al acto es desde lo consciente. En el Seminario 10 (Angustia) Lacan dice que es un acto con sujeto donde hay un otro a quien se dirige la acción. El sujeto experimenta tres afirmaciones: el llanto del bebé, el "no" de la etapa anal y la transgresión de la ley del padre. Estas afirmaciones están del lado del acting out porque es una manera de intentar aliviar la tensión de algo que es imposible de saber. En ambos hay pulsiones que se descontrolan pero en el pasaje al acto se sabe, en cambio, el acting out no se sabe.
El oscuro pasajero de Dexter no es como el doctor Jekyll y Mr. Hyde sino más bien como "El retrato de Dorian Grey". Y es que estamos ante la lucha interna entre Eros y Tánatos, pero en Jekyll y Hyde hay una fragmentación dual, es el problema del doble. En cambio en "El retrato de Dorian Grey" de Wilde (1890) podemos ver a ambas personalidades conviviendo en un mismo sujeto, sin desdoblamiento corporal. La diferencia es que Jekyll desconoce lo que hace Hyde y necesita una pócima para que surja la personalidad oscura (en la vida real, el alcohol cumple esa función en muchos casos, pues desinhibe las pulsiones de los sujetos y desnuda la ira y la agresividad). En cambio Dorian Grey sí sabe de su oscuro pasajero, digamos que ambas personalidades conviven en la misma persona.
Por esto, Dexter Morgan vive una vida doble: en el día es un forense que acude a las escenas de crímenes para analizar la sangre. Es un buen padre y un buen hermano. Pero en la noche se convierte en un justiciero, que con el código que le ha dado su padre adoptivo (Harry) asesina personas que entran en este código.
Podemos decir que empatizamos con él y se convierte en nuestro héroe porque asesina de manera justa, a quienes salen impunes por el sistema. Pero en realidad está saciando el hambre de lo que él llama su oscuro pasajero. La serie nos permite reflexionar alrededor de varios puntos vitales, sobre todo cuando Dexter habla con los asesinos que va a matar y ellos le regresan el reflejo en el espejo de lo que él mismo es. Entonces le surge una pregunta: ¿En qué se hubiera convertido él, si la doctora Evelyn Vogel no hubiera instado a Harry a darle el código? Esta pregunta nos pone de frente a todos nosotros, estudiosos del psicoanálisis, investigadores disciplinados de la mente humana, psicoanalistas cuyo análisis más importante es el propio, con ese mismo cuestionamiento. Cuestionamiento que suele surgir al finalizar nuestro tratamiento analítico porque en ese momento ya tenemos conocimiento de nuestro oscuro pasajero personal. La pregunta es la siguiente: ¿En qué se hubiera convertido usted, si no hubiera sido por el psicoanálisis?


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