ATRAVESAMIENTO DEL FANTASMA (Mesa Redonda de Lapsus de Toledo en Madrid)



Alfonso Gómez Prieto
La pregunta que me hago es ¿cuál es la verdad que oculta el fantasma? ¿qué verdad de mí oculta mi fantasma? ¿qué se puede alcanzar más allá de franquear el fantasma?, si acaso eso fuera factible.
Lo principal es que el fantasma oculta un saber sobre mi goce como sujeto, entendiendo que mi goce primario era mi posición infantil de objeto en la fórmula del fantasma. ¿qué oculta el fantasma?. Que el sujeto en su goce es equivalente al objeto.
 En “Más allá del principio de placer” lo que hay es una dimensión del goce y el fantasma aparecería como un medio de transformar el goce en placer, sería como domar el goce pues por su propio movimiento el goce se dirigiría hacia el displacer. Precisamente es lo que se observa en el juego del fort-da donde el sujeto infantil domina una situación gracias al juego del carretel. Es un emblema de cómo el fantasma funciona como un entramado para obtener cierto placer. Freud nos dirá que si los adultos no juegan como cuando eran niños es porque el fantasma sustituye en ellos la actividad lúdica infantil. No olvidemos que la condición necesaria del fort-da es la ausencia de la madre. Es porque ese Otro se fue que el niño queda en una situación angustiosa y de la que obtiene placer por su invento. Pero esa ausencia es lo que pone en evidencia el deseo. “Deseo de la Madre” es algo que ocupará el lugar dejado primeramente por la ausencia de la madre. Cuando no está, se puede preguntar cuál es su deseo. Por eso el niño del fort-da genialmente produce ese juego al evidenciarse el deseo del Otro. Pero, en mi opinión lo que ilustra es generalizable: el fantasma  se pone en juego cuando se manifiesta el deseo del Otro.
Lacan en su seminario XI plantea una pregunta que a mí me hace reflexionar “¿Cómo puede un sujeto que ha atravesado el fantasma fundamental vivir la pulsión?” y luego nos dice “Esto es el mas allá del análisis y nunca ha sido abordado”. 


Uno podría hablar simplemente de fantasmas con una variada riqueza de personajes. Pero lo que comprobamos en los análisis es que esos fantasmas se van decantando y nos aproximamos a formulas repetitivas, más simples. Pasamos, como nos diría Lacan, de la selva del fantasma a partir de una limpieza hacia ese fantasma decantado y que podríamos denominar fantasma fundamental y que nunca puede ser interpretado sino mas bien construido.
El fantasma fundamental es un punto límite del análisis, se puede hacer un análisis y no llegar a ubicarse frente al mismo, pero ciertamente es correlativo a lo que en lo reprimido nunca podría salir a la luz. Freud nos lo dice en inhibición síntoma y angustia. “hay una represión originaria que no es un contenido o cosa que no pueda decirse, sino que siempre habrá una represión mas”. Lo que se puede esperar es que con el fin de análisis cambie la relación del sujeto con ese fantasma fundamental. Punto límite del análisis. Pero lo cierto es que el fantasma fundamental se extiende a toda la vida del sujeto, porque aun siendo lo mas escondido es lo mas evidente de su comportamiento.

Hablar de atravesamiento de ese fantasma fundamental me parece arriesgado y difícil de dar cuenta de ello con palabras. Podría ser una experiencia mas afectiva, de intensa angustia y próxima a la verdad de la posición depresiva kleiniana, donde se pudiera reorganizar todo el mundo objetal interno del sujeto.  Un paciente, recordando en sesión la película “Melancolía” del director Lars Von Trier pudo sentir una experiencia nueva, de intensa angustia en el encuadre analítico, imposible de poner palabras y cercana a la experiencia de impotencia y desvalimiento. Atravesar el túnel, volver a nacer, nacer de si mismo, pero en cualquier caso una nueva posición subjetiva, reorganización del goce, transformación de ese goce, que no una renuncia al mismo. ¿Había atravesado el fantasma fundamental? ¿Se atraviesa una sola vez o varias?. El creyó eso, sintió eso.  Pero la dificultad es que no hay fin de análisis si el cáliz no esta vació hasta los posos, y tal vez esos posos hacen referencia al derrumbe en la transferencia, contacto con el vacío, contacto con agonías primitivas, angustias impensables que condensan la noción de una desesperación extrema y el paciente recupera partes de si mismo desconocidas y perdidas quedando un psiquismo mas abierto al juego y la creación.

El acceso a las zonas profundas del fantasma fundamental, la posibilidad de que el proceso penetre esas zonas, la idea de un atravesamiento del fantasma remite a un lugar mas allá de la roca de la castración, terrenos indómitos y fascinantes a la vez y que implican reiterados contactos con ese mundo fantasmático. Tal vez el yo tendría que vivir la experiencia de exiliarse respecto de su fantasma. Interesante cuestión la del exilio, porque nos hace ver un sujeto en una larga etapa de la vida enclavado en el fantasma y ocupando un lugar allí dentro, identificado con aspectos de su fantasma, sujetado a él.



A través de todo el trabajo analítico y de aquella puesta en quiebra de las certidumbres, se supone que lo que puede ocurrir  es que en un  momento dado ese sujeto se desidentifique, de eso es mas fácil dar cuenta partir de algún corrimiento o traslado o desplazamiento por el cual encuentre algún nuevo punto de mirada del mundo y de la mirada hacia su propio psiquismo que lo haya exiliado a él del espacio de su propio fantasma.

Por otro lado vivir la pulsión, en mi opinión, podría indicar que el deseo deje de inhibir al sujeto en la obtención de satisfacción. Que el sujeto pueda “disfrutar de disfrutar”. De algún modo aceptar en una nueva forma las pulsiones y el tipo de satisfacción que ellas  buscan. Recuerdo, que en el seminario VIII Lacan nos dijo que “el fin de la acción del análisis era el Eros del analizante”. Es necesaria la difícil armonía entre el deseo y las pulsiones. Es necesario contactar con nuestras pulsiones, poderlo vivir en un psicoanálisis personal, superar la resistencia a ver de dónde proviene el goce, lo que realmente excita, vivirlo y sentirlo sin miedo, contactar de modo intenso como “sujeto de la pulsión” con estas sensaciones desde un terreno de la realidad psíquica e ir pudiendo adoptar posiciones subjetivas diferentes que le permitan al sujeto también de algún modo cierta fidelidad a su estatuto como sujeto del deseo y de la pulsión.

Eros es una fuerza de vida y pasó a ser una parte de Psique. Estos dos términos Eros y Psique representan el testamento de Freud. El aparato psíquico integra a Eros. Pero lo importante es que no lo somete, sino que le permite desarrollar sus potencialidades. Eros está empujado a amar. Eros lo que hará será ligar al mismo tiempo el mundo interno, la psique y la relación con el objeto situado en el mundo externo y que será incorporado al mundo interno de las representaciones mentales y las fantasías... Eros es intemporal. Eros y Psique se abrazan más allá del paso del tiempo.

He hablado de Eros y Psique. Me gustaría para finalizar abordar el lugar de Narciso en los fines de análisis, tal vez una visión personal del Narciso que habita en cada uno de nosotros y al cual recuerdo inclinándose sobre una fuente para saciar su sed  y viendo por primera vez su rostro, tan hermoso según la leyenda que se enamoró de él. En adelante ya no se separará de ese reflejo fascinante y así se dejará morir dejando una flor tras de sí y una ninfa del eco. ¿y se trata verdaderamente de amor? La fascinación que el ser humano siente con tanta facilidad por si mismo añade al estado amoroso una dimensión alienante como Freud nos demuestra de “estar enamorado por proyección de su propio yo ideal sobre el Otro”. Se me ocurren algunas preguntas: ¿puede ocurrir incluso que Narciso sea frágil?. Fragilidad que marcará su destino.
¿Qué es lo que le falta a Narciso enamorado de su propia imagen? Decía Ovidio: “Crédulo niño, para qué esos vanos esfuerzos...el objeto de tu deseo no existe”. Pero es también posible que el cierre de Narciso sobre sí mismo rodee a un espacio de decepción y desesperación. Interesante para un fin de análisis, y reencuentro de nuevo con la indefensión del sujeto.
La autosatisfacción de Narciso es siempre vista desde el observador externo ¿no es también posible suponer que el niño flor–frágil que contempla surgir su propia imagen busque en el estanque un objeto perdido que no es él mismo sino el reconocimiento de sí en los ojos del Otro?. Ese reconocimiento de sí como ser separado y único lo busca activamente en las pupilas de la madre.

Un  paciente mío, tras varios años de análisis y creyendo haber atravesado eso que hoy llamamos fantasma fundamental volvió a verme dos años después. Cuando volvió, se sentó frente a mi, no en el diván y me pidió, diríamos, continuar su análisis. Me miró y lloro al relatarme una enfermedad terminal que le habían diagnosticado. Fue una de las veces que no pude evitar que mis propios ojos se convirtieran en espejo de las lagrimas que me costaba evitar afloraran en ellos. El se vio en mis ojos y reconoció que tal vez quedaran aun fantasmas por atravesar.  Lacan nos habla de la funcionalidad imaginaria del amor y que a través de la fascinación por la imagen se produce una reapropiación completa del ser, que aunque ilusoria procura una sensación subjetiva gozosa. Gracias al amor el sujeto restituye su identidad imaginaria en el campo del reconocimiento intersubjetivo que defiende de la transformación del sujeto en el objeto del deseo. La ilusión completante del amor procura la distancia entre el sujeto y el objeto del deseo.

 El sujeto debe encontrar el lazo profundo que lo vuelva a unir a su propia vida y a su entorno. El lazo representa para mí el abrazo de Eros y Psique. No siendo así, estará a la deriva por un mar de  soledad. Las fuerzas de Eros, el amor creador, siguen actuando en el mundo pero a veces parece que se retiran ante Thanatos, el eterno destructor. La lucha entre Eros y Thanatos se produce en primer lugar en el interior del individuo. El psicoanálisis debe ser aliado de Eros. El amor, creo, es lo único que puede salvar al individuo y debe encontrar en el psicoanalista su aliado mas seguro para restablecer, en los fines de análisis,  el abrazo sensual, tierno y amoroso de dos niños: Eros y Psique. FIN DE LA INTERVENCION


Dr. Alfonso A. Gómez Prieto
Jueves 14 de Mayo de 2015

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