Para Betty de Kitty.

La última vez que te vi.
Cristina Jarque

Para Betty de Kitty. Toledo, junio de 2024.
He encontrado una fotografía en el baúl de los recuerdos, estamos tú y yo en Puerto Vallarta. Me ha hecho pensar en aquel tiempo, hace ya la friolera de 39 años, cuando vivíamos una al lado de la otra, en aquellos preciosos condominios de Irrigación, en nuestro México querido. Corría el año de 1985 y recuerdo que la ventana de tu sala daba a la ventana de la mía, así que cuando no podíamos vernos en persona, hablábamos por teléfono, mirándonos a través de las ventanas de nuestras salas. Aquel día, fue la última vez que te vi. Colgaste el teléfono y me tocaste la puerta, venías en pijama, era tarde pero tenías que decirme algo muy importante y querías hacerlo en persona. ¡Era una noticia preciosa! ¡Yo estaba muy feliz por aquel logro tuyo! ¡Era un gran triunfo! Te abracé fuertemente y lloramos de alegría. Después te vi meterte en el ascensor, nos enviamos besos con las manos, las puertas del ascensor se cerraron llevándose consigo a una de las personas más importantes de mi vida. Ya no volví a verte consciente, los días después del accidente fueron una eterna pesadilla, me la pasaba todo el día en el hospital, siempre a tu lado, pero ya nunca despertaste. Ahora que lo veo desde la distancia, comprendo que la nostalgia que me invade se siente como un eco constante en el corazón, una mezcla dulce de recuerdos que deseamos que vuelvan pero que sabemos que ya nunca volverán. Tu muerte me dio la fuerza para irme lejos de aquella mentalidad retrógrada que nos asfixiaba. Los espíritus libres tenemos que volar porque si no volamos, nos quedamos atrapados y no logramos sobrevivir. Por eso, a ti, mi querida Betty, te he dedicado gran parte de mis libros. En ellos he querido darte voz, porque tu voz es la de muchas mujeres. Yo fui tu confidente, tuve el privilegio de escuchar tu voz y supe guardar en mi corazón tu fuerza. Esa fuerza enorme, la que posee un espíritu libre, la que tiene un alma femenina rebelde que nació adelantada a su época. Recordarte es recordar nuestras risas compartidas, nuestras confidencias a medianoche que se prolongaban muchas veces hasta el amanecer. Extraño los maravillosos momentos de apoyo mutuo en aquellos tiempos tan difíciles y complejos que vivimos y padecimos juntas. Éramos "las locas", "las rebeldes", "las ingobernables". ¡Ojalá en aquellos tiempos hubiéramos sabido que aquello por lo que luchábamos iba a convertirse en la lucha de muchas otras mujeres! Pero no lo sabíamos y tuvimos que cargar con los juicios de una sociedad, y de una familia, que nos condenaban al ostracismo y nos marginaban. O cambiábamos, ¡o cambiábamos! No había otra opción... ¿Por qué? Porque éramos espíritus libres y no encajábamos en aquellos cánones ideológicos, en aquella tiranía. Extraño tu presencia, tus abrazos que me ofrecían un gran consuelo y una calidez inigualables. La nostalgia es un viaje emocional que nos lleva a revivir anécdotas entrañables. Es un sentimiento que, aunque agridulce, reafirma el lazo inquebrantable que nos une con alguien, independientemente de la distancia, el tiempo o la muerte. Tu partida dejó un vacío imposible de llenar, pero tu recuerdo vive en cada rincón de mi ser. La nostalgia se cuela en los días grises, pero también en los momentos de felicidad, recordándome tu presencia constante y amorosa. Siento tu ausencia como un eco persistente, pero también encuentro consuelo en los recuerdos que atesoro. Cada instante que vivimos juntas es una joya en mi corazón, un testimonio del amor inquebrantable que compartimos. Aunque ya no estás físicamente, sigues siendo mi prima, mi amiga, mi hermana del alma, mi confidente y mi inspiración. Te extraño, prima querida, pero siempre te llevo conmigo, en cada pensamiento y en cada suspiro. Mientras yo viva, tú también vivirás en mis recuerdos y en el amor eterno que nos une.

 


 

CATORCE PERSONAJES (a día de hoy) Monólogos Femeninos (Las voces de la violencia) Cristina Jarque es Fang Yong: El caso Asunta Reflexiones y fragmento del monólogo escrito por Cristina Jarque

CATORCE PERSONAJES (a día de hoy)
Monólogos Femeninos (Las voces de la violencia)
Cristina Jarque es Fang Yong: El caso Asunta
Reflexiones y fragmento del monólogo escrito por Cristina Jarque
El caso de Asunta Basterra conmocionó a España en 2013. Asunta, una niña de origen chino fue adoptada por padres españoles y hallada muerta el 21 de septiembre de 2013 en Galicia. Las investigaciones revelaron que había sido asfixiada (por sus padres) y previamente sedada con benzodiazepinas. El asesinato de esta niña, cuyo verdadero nombre era Fang-Yong plantea numerosas reflexiones desde una perspectiva psicoanalítica. En este trágico caso, se puede explorar la dinámica intrafamiliar y las posibles patologías subyacentes en la relación entre los padres y su hija adoptiva. El acto de asesinar estremece, más aún si la víctima es una hija. Esto nos lleva a plantear numerosas preguntas. ¿Cuál ha sido el motivo? Los motivos pueden incluir proyecciones de conflictos internos no resueltos, sentimientos de posesión extrema, o la incapacidad de los padres para integrar la identidad del niño adoptado dentro de su estructura familiar y psíquica. El uso de sedantes sugiere un intento de control absoluto sobre Asunta, eliminando su autonomía y transformándola en un objeto pasivo. La asfixia posterior podría simbolizar un deseo inconsciente de silenciar la voz y la existencia de la niña, percibida como una amenaza o un obstáculo para las necesidades narcisistas de los  padres. Además, el hecho de que ambos padres estuvieran implicados indica una posible colusión patológica, donde las dinámicas de pareja se distorsionan hasta el punto de la destructividad compartida. Este caso refleja cómo los traumas y conflictos no resueltos pueden proyectarse sobre los hijos, convirtiéndolos en víctimas de las perturbaciones internas de los padres. Análisis más profundos podrían explorar la historia personal de los padres, su capacidad de empatía, y sus propios traumas infantiles no resueltos. Fragmento del monólogo:"Papá, mamá, ¿acaso no están los padres allí para proteger a sus hijas? ¿Con qué fin se adopta a una hija si no es con el fin de darle una vida mejor? ¿Amor, cuidados, protección, educación...? Si pudiera hablar con ustedes una vez más desde este lugar silencioso y eterno en el que me encuentro, quisiera preguntarles por qué. ¿Por qué apagaron mi vida, mis sueños, mis risas? ¿Por qué el amor que alguna vez me prometieron se convirtió en sombras y dolor? ¿No se suponía que debía ser su hija, protegida y querida por ustedes? Recuerdo las noches en las que me acurrucaba junto a madre, mientras padre miraba la tele, yo pensaba que nada malo podría pasarme porque ¡estaba con mis padres adoptivos! Daba  gracias a la vida porque habían venido a recogerme a China unas personas que querían adoptarme como hija, ya que mis padres biológicos me habían abandonado. ¡Qué suerte la mía! pensaba en aquel entonces. ¡Jamás imaginé que mi vida iba a dar un giro tan terrorífico y siniestro! ¡Que iba a sentir el horroroso frío de la traición! El peso del rechazo, el horror de comprender que ustedes, mis propios padres, se iban a convertir en mis verdugos. Me pregunto si alguna vez se detuvieron a pensar cómo iban a hacerlo, a quién de los dos se le ocurrió drogarme con aquellas pastillas para después asfixiarme. Me pregunto si sentían algún atisbo de culpa cuando hablaban y conspiraban entre los dos la manera en la que iban a asesinarme, mientras me llevaban de la mano al cole. ¡Asesinarme a mí! ¡A la hija de doce años de edad que habían adoptado! ¿Pensaron alguna vez en los momentos que ya no viviré, en los abrazos que ya no podré dar? ¿Pensaron alguna vez que estaban apagando la vida de una niña pequeña que aún lo tenía todo por vivir? ¿Quién les dio el derecho a segar mi vida? ¿Acaso se darán cuenta de que no solo destruyeron mi vida, sino también la suya? ¿No se dan cuenta que el amor que me negaron nunca podrá llenar el hueco de su pecado? ¿No se dan cuenta que el inconsciente pasa factura? Quisiera que sintieran mi presencia en cada rincón de nuestra casa, que mi risa perdida los persiguiera en sus sueños, recordándoles la niña que fui, llena de esperanza y amor. La niña a la que ustedes dos traicionaron. Me revuelvo pensando: ¿qué fue lo que pasó? ¿Acaso lo que pasó es que me convertí en algo incómodo? No puedo imaginar mayor crueldad que la de asesinar lo que nos estorba. ¿Acaso no se les ocurrió otra forma? ¡Hay mil maneras de solucionar algo sin necesidad de  recurrir al asesinato! Papá, mamá, no creo que yo pueda lograr entenderlo y creo que lo único que siento son deseos fuertes de justicia, que van de la mano de la venganza. ¿Se me hará justicia algún día? Mientras tanto, yo quiero alzar la voz, una voz silenciada pero nunca olvidada, esperando que otras muchas niñas, niñas que vivan lo que me tocó vivir a mí, niñas maltratadas por sus padres, rechazadas por sus familias, logren escuchar lo que me ocurrió a mí, para que no les ocurra a ellas. ¡Que puedan verlo y saberlo para prevenirlo! Que mi voz sea escuchada para que el amor y la justicia prevalezcan sobre el odio, el asesinato y la traición". Cristina Jarque es Fang-Yong (Asunta).

 


 

Plazo 30 junio.

 INFORMACIÓN: Estamos a 12 días del plazo de los textos del libro PULSIÓN. Recuerden que el plazo máximo es 30 junio. Ya tenemos 6 colegas que han entregado. ¡Ya estamos iniciando el libro! Ahora estamos con las traducciones del francés al español. ¡A por ello! Nuestro gran agradecimiento de antemano, por la puntualidad y la solidaridad.

 


 

LaTE-LA BARANDILLA.


 LaTE- LA BARANDILLA. Comida de fin de curso. Proyecto: Monólogos Femeninos - Las voces de la violencia en el Hospital Clínica de día Lajman. Cristina Jarque es Emperatriz Sissi, la emperatriz rebelde. Mayte Pedraza es Carmen de Burgos. El evento tendrá lugar después del verano, en el mes de septiembre.