LaTE-CoCrear-EnsoñArte. ES HOY (08/01). Reunión de estudios. Clase INTERLUDIO. Interviene Yolanda Cogolludo, más uno (+1) Cristina Jarque. El "Interludio" del Seminario 14 de Jacques Lacan, titulado "La lógica del fantasma", corresponde a la clase del 8 de marzo de 1967. En esta sesión, Lacan señala que el fantasma es aquello que el sujeto produce para lidiar con su falta. Es un montaje, una construcción que media entre el deseo del sujeto y su relación con el Otro (el gran Otro, que simboliza el lenguaje, las normas y la estructura simbólica). El fantasma "vela" esa falta al tiempo que la hace operativa, permitiendo al sujeto sostener su deseo frente al vacío que lo constituye.
Así, el fantasma no es algo fijo o esencial, sino un espacio transicional, que, como un interludio, permite articular lo que está antes (la falta en el Otro) con lo que vendrá después (las demandas, las pulsiones y los significantes). De alguna manera, la subjetividad misma puede entenderse como una sucesión de interludios sostenidos por diferentes fantasmas que el sujeto construye a lo largo de su vida. En el "Interludio" del Seminario 14, Lacan está trabajando intensamente con el concepto del objeto a, esa pequeña causa del deseo que nunca se alcanza del todo. El objeto a, al igual que el interludio, no es algo pleno ni completo, sino un vacío estructurante. Así como el interludio no pretende resolver nada de manera definitiva, sino organizar y preparar el camino, el objeto a tampoco colma el deseo, sino que lo mantiene en movimiento.
El interludio también podría simbolizar cómo el sujeto se encuentra en un estado de espera activa frente al deseo, transitando por momentos de pausa y reestructuración que son esenciales para el desarrollo de su subjetividad.
Lacan profundiza en la relación entre el sujeto y el objeto a, explorando cómo el fantasma estructura el deseo y la realidad psíquica. Lacan introduce reflexiones centrales sobre el papel del fantasma como mediador entre el sujeto y el deseo, y cómo este se vincula al objeto a, núcleo de su enseñanza psicoanalítica. En esta clase, Lacan utiliza herramientas provenientes de la lógica y la topología para explorar las relaciones estructurales del sujeto con el deseo y el goce. Destaca la noción del fantasma como una construcción fundamental que organiza la experiencia subjetiva y proporciona un marco desde el cual el sujeto puede lidiar con la falta constitutiva que lo define, ya que el fantasma, no es simplemente una representación imaginaria, sino un dispositivo lógico que sostiene la realidad psíquica del sujeto. En esta clase se analiza cómo el objeto a, opera en la estructura fantasmática, en tanto objeto causa de deseo ya que el objeto a no es un objeto concreto, sino una falta estructurante que se encuentra en el núcleo del deseo humano.
Es importante decir que en el trabajo de Lacan, nada es casual. Al llamar "Interludio" a esta clase, está subrayando su carácter mediador: es un momento de pausa y reflexión que, como el propio fantasma en su teoría, conecta dos partes esenciales de su enseñanza. Así como el fantasma es un dispositivo que media entre el deseo del sujeto y el goce, este "interludio" media entre los desarrollos conceptuales del seminario.
Podemos decir que el fantasma actúa como un espacio intermedio entre el sujeto y su deseo y el interludio funciona de manera similar al fantasma: es un momento de mediación y organización, un lugar donde se reorganizan los elementos ya trabajados y se da una pausa para que emerjan nuevas conexiones entre las ideas. Así como el fantasma organiza el deseo y estructura el acceso al objeto a, el interludio organiza el seminario y permite una transición hacia conceptos más complejos.
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