FRATRICIDIO. Nueva novela de Cristihna Jarque.

FRATRICIDIO. Nueva novela de Cristina Jarque.
Próximamente se publicará en España (versión bilingüe, español-francés). Se presentará en Espacio Analítico en París en 2026.
Agradecimientos
Cristina Jarque

Pedro Jarque es mi compañero de vida desde hace más de tres décadas. No hay palabras que alcancen para dar cuenta de la hondura de nuestro lazo, porque justamente va más allá del lenguaje. Esta novela es también testimonio de ese vínculo: uno más de los hilos invisibles, profundos e indestructibles que nos unen, incluso frente a las fracturas que atraviesan la experiencia humana.

A mis hijos, Ana y Adrián Jarque, les debo más de lo que puedo nombrar. Gracias por su amor silencioso y constante, por su paciencia, y por sostenerme en los momentos donde escribir sobre la herida resultó tan arduo como necesario.
Agradezco profundamente la lectura y los comentarios de personas cuya mirada lúcida y generosa acompañó esta travesía:

Emmanouil Konstantopoulos (psicoanalista en Grecia).
Vannina Micheli-Rechtman (psicoanalista en París).
Adriana Varona (psicoanalista en París).
Ana María García (poeta en Perú).

Gracias al apoyo de Vannina Micheli-Rechtman, tenemos previsto presentar “Fratricidio” en el Espacio Analítico de París en 2026. Será un honor y un desafío compartir allí esta historia, nacida del deseo de pensar la violencia íntima, los secretos heredados y la posibilidad —si acaso la hay— de transformar el dolor en palabra. Junto a colegas y lectores, tendremos la oportunidad de reflexionar sobre cómo la escritura literaria puede convertirse en vehículo de transmisión del psicoanálisis, abriendo nuevas formas de escucha y comprensión de lo traumático.

Remerciements
Cristina Jarque

Pedro Jarque est mon compagnon de vie depuis plus de trois décennies. Aucun mot ne saurait exprimer la profondeur de notre lien, car il dépasse justement le langage. Ce roman est aussi le témoignage de ce lien : un fil invisible de plus, profond et indestructible, qui nous unit, même face aux fractures que traverse l’expérience humaine.
À mes enfants, Ana et Adrián Jarque, je dois plus que ce que les mots peuvent dire. Merci pour votre amour silencieux et constant, pour votre patience, et pour m’avoir soutenue dans les moments où écrire la blessure fut aussi ardu que nécessaire.
Je suis profondément reconnaissante à celles et ceux dont le regard lucide et généreux a accompagné cette traversée :

Emmanouil Konstantopoulos (psychanalyste en Grèce).
Vannina Micheli-Rechtman (psychanalyste à Paris).
Adriana Varona (psychanalyste à Paris).
Ana María García (poétesse au Pérou).

Grâce au soutien de Vannina Micheli-Rechtman, nous prévoyons de présenter Fratricide à l’Espace Analytique de Paris en 2026. Ce sera un honneur et un défi de partager là-bas cette histoire, née du désir de penser la violence intime, les secrets hérités et la possibilité — si tant est qu’elle existe — de transformer la douleur en parole. Aux côtés de collègues et de lecteurs, nous aurons l’occasion de réfléchir à la manière dont l’écriture littéraire peut devenir un vecteur de transmission de la psychanalyse, en ouvrant de nouvelles voies d’écoute et de compréhension du traumatisme. 

 


 


INFIEL. Serie sueca, dirigida por Tomas Alfredson (por Cristina Jarque).

 

INFIEL. Serie sueca dirigida por Tomas Alfredson
Cristina Jarque
Decidí ver esta serie porque está basada en una historia que vivió el mismo Bergman con Liv Ullman y que llevó a ella a dirigir la película que lleva el mismo nombre. La historia me ha parecido muy interesante porque nos permite alumbrar la pregunta eterna: ¿Qué quiere una mujer? Pregunta que se hizo Freud desde el principio y después, Lacan, en su retorno a Freud, dedicó gran parte de su enseñanza a tratar de dilucidar algo sobre el goce femenino. La historia de "Infiel" nos hace cuestionarnos qué es lo que lleva a una mujer, aparentemente feliz, casada con un hombre que la ama y madre de una niña, a entrar en una relación de infidelidad, comprometiendo su matrimonio y su estabilidad. Leyendo a Lacan me encontré con esta frase: "Decir que una mujer es no-toda... nos indica que ella es la única cuyo goce sobrepasa aquel que surge del coito. Es también por lo cual ella quiere ser reconocida como única". Esta frase nos hace ver que la posición femenina quiere algo: SER LA ÚNICA. La clínica psicoanalítica testimonia que varias analizantes tienen esa exigencia: ellas quieren ser las únicas. Eso significa que la mujer, en tanto no-toda, tiene una pulsión que la lleva a un exceso que se caracteriza por no tener límite y cruzar las líneas. El personaje de Marianne vive esta experiencia porque vemos que Markus, su marido, tiene otras pasiones, por ejemplo, la música y sobre todo la relación con Isabelle, la hija de ambos. Esas pasiones del marido colocan a Marianne en un lugar de soledad y de insatisfacción porque no se siente única para él. ¿Qué le ofrece David? Le ofrece esa sensación: la de sentirse única, y eso la lleva a la infidelidad. Marianne escribe lo siguiente: "Otro ser va creciendo en el interior de uno mismo, un monstruo. Resulta aterrador, inexorable. Pero es un proceso imparable, casi biológico". Es David quien está creciendo dentro de Marianne y Marianne se asusta porque es un goce que está más allá del coito. Ella siente que es única para David. Lo que experimenta este personaje, nos permite observar la posición de una mujer con relación al amor. Esta mujer tiene un goce que la impulsa a creer en el amor absoluto y por ello la empuja hacia lo insacible. Es una búsqueda insaciable del Otro. Lamentablemente, esta búsqueda suele ser mortífera ya que es imposible y suele terminar en la destrucción del sujeto. Esto es importante, puesto que plantea una exigencia en el amor que se empeña por ser todo para el Otro. La mujer siente una gran soledad en relación a su propio goce, ese goce femenino, ese goce que va más allá... Se siente sola e incomprendida... La soledad de la mujer se funda en un goce al que ningún hombre puede acceder, ni tampoco seguirla. Por eso me parece fundamental hablar de esta historia. Tengo que decir que acudí a la película para ver las diferencias, pues en la serie sueca el desarrollo del final es muy distinto. No obstante las diferencias (me gustó más la película) la serie nos permite desarrollar el vínculo del sujeto femenino con el amor absoluto y el goce que extrae de esto. Marianne encarna esa posición subjetiva, en la que el amor se vive como un acontecimiento absoluto, que desborda el deseo regulado por la norma. Su entrega a David, amigo íntimo de su esposo Markus, no responde a una falta racional, sino a un llamado desde un lugar donde el deseo ya no está en el campo de lo simbólico. Lacan distingue entre el goce fálico, que se inscribe en el orden del tener y la medida, y el goce femenino, que es un goce Otro, no-todo, fuera del lenguaje, fuera del cálculo. Marianne se abandona a este tipo de goce: desea ser deseada de forma única, irrepetible, como la mujer que ocupa un lugar insustituible para el Otro. Este goce no es placentero en sentido clásico; es exceso, es pérdida de sí. Su pasión por David implica destruir lo que la sostiene simbólicamente: su matrimonio, su rol de madre, su mundo. Pero ese amor absoluto tampoco se realiza; queda como marca, como resto no simbolizado. Lacan advierte que el goce del Otro es inaccesible: “el Otro no goza como yo”. Marianne persigue ese goce, pero se encuentra con su propia destrucción. El amor que la impulsa no puede inscribirse en un lazo estable: no está dentro de lo simbólico, es abismal. El sujeto femenino, al amar desde ese lugar, no busca reciprocidad, sino fusión con el Otro. Esa entrega la lleva a perder su lugar en el mundo simbólico. David, incapaz de sostener ese absoluto, también fracasa, dejando a Marianne vacía. Esta historia nos enseña que el goce femenino aparece como experiencia límite, no mediada por el lenguaje, que empuja al sujeto al borde de sí. No es un goce del tener, sino del ser, que, cuando no se simboliza, puede resultar devastador.
 

 

Cristina Jarque es Esmeralda de Víctor Hugo. En España, muy pronto...


 

Bajo la dirección de la Dra. Cristina Jarque, fundadora y presidenta de LaTE, se presentan tres conferencias enfocadas en el psicoanálisis.

 

LaTE. Es HOY (12/04) Recuerden que se ha cambiado el horario de verano en Europa con lo cual, ahora tenemos 8 horas de diferencia. Empieza 18H de España que son las 10H de CDMX.
Bajo la dirección de la Dra. Cristina Jarque, fundadora y presidenta de LaTE, se presentan tres conferencias enfocadas en el psicoanálisis.
1) José Ma. Bautista aborda el posicionamiento del psicoanálisis frente a los estragos de las prácticas psi, analizando cómo el enfoque psicoanalítico puede resistir y ofrecer alternativas frente a otras prácticas contemporáneas que pueden resultar invasivas o despersonalizadoras. Podemos plantear una pregunta ¿Cómo puede el psicoanálisis resistir a la tendencia de la medicalización del sufrimiento?
2) Adriana Varona presenta "El crimen: versión femenina", donde explora cómo se manifiesta el crimen en las mujeres, considerando las particularidades de la subjetividad femenina desde una perspectiva psicoanalítica. Podemos plantearnos una pregunta: ¿Qué papel juega el goce en el acto criminal perpretrado por sujetos femeninos?
3) José Antonio Orejel desarrolla "El circuito pulsional: claves freudianas y lacanianas", profundizando en la teoría de las pulsiones según Freud y Lacan, y sus implicaciones para la comprensión del deseo y la estructura subjetiva. Me viene a la cabeza una pregunta: ¿Cómo podría aplicarse la teoría del circuito pulsional en el trabajo clínico actual?
Estas conferencias ofrecen una mirada crítica y actualizada sobre temas fundamentales del psicoanálisis, abriendo espacio para el debate y la reflexión en torno a problemáticas actuales. Agradezco la oportunidad de formar parte de este espacio, donde el pensamiento psicoanalítico sigue interrogando al mundo y a nosotros mismos. Es un privilegio que estos encuentros, en su función de causa de deseo, posibiliten dar voz a nuestras preguntas y reflexiones sobre temas de actualidad. Nos vemos en unas horas.
 

 

LaTE-EnsoñArte-CoCrear. ES HOY (9/04). Clase "El yo y el a" del Seminario 14 "La lógica del fantasma". Interviene Yolanda Cogolludo, Más uno (+1) Cristina Jarque.

Esta clase es del 25 de enero de 1967. Lacan introduce una visión más compleja de la constitución del sujeto, el yo, y el objeto a, mostrando cómo estas nociones están relacionadas en una lógica de falta y deseo que es fundamental para comprender la estructura del inconsciente y el funcionamiento de la subjetividad. Lacan hace un enfoque clave sobre cómo el yo no manda en su propia casa ya que es un producto del Otro, es decir, de la imagen que el sujeto reconoce en el espejo. La imagen del yo es solo una imagen reflejada que promete la unidad y la totalidad, pero que, en realidad, es una ilusión que se mantiene sobre la falta y la fragmentación inherente al sujeto. Este yo, entonces, está marcado por la alienación y es siempre una construcción incompleta.  Lacan explora que la identificación con la imagen en el espejo es una identificación idealizada. Esta imagen produce una sensación de júbilo en el sujeto porque siente que corresponde a una totalidad, sin embargo no es así. La imagen especular es una construcción que busca ocultar la falta fundamental que subyace a la subjetividad. En esta reunión de estudios veremos que el fantasma es una construcción inconsciente que organiza la vida psíquica del sujeto en relación con la falta y el objeto a. Es a través del fantasma que el sujeto intenta lidiar con su deseo y con la falta inherente a su estructura. El fantasma permite que el sujeto mantenga una forma de "sujeción" a su deseo, estructurando su vida en torno a la búsqueda de ese objeto perdido. Por ello, el fantasma da sentido a las relaciones del sujeto con los demás, con los objetos de deseo, y con su propio cuerpo. De esta manera, el objeto a se convierte en el eje que orienta y organiza la vida psíquica del sujeto, aunque siempre permanece fuera de su alcance, lo que marca la experiencia humana con una permanente sensación de insatisfacción. El objeto a es cualquier cosa que el sujeto experimenta como deseada pero que nunca puede ser completamente satisfecha, y los ejemplos del pecho, las heces, la mirada y la voz son solo algunas de las formas que este objeto puede tomar. Estos objetos, más que ser cosas concretas, son construcciones simbólicas que surgen a partir de las experiencias de separación, frustración y deseo que configuran la vida psíquica del sujeto.

 


 

"Entre hojas muertas: el legado del dolor materno". Dra. Cristina Jarque.

 

"Entre hojas muertas: el legado del dolor materno".
Dra. Cristina Jarque
En mi libro “La madre estrago” trabajo la idea del legado del dolor materno desde madres que, en lugar de sostener simbólicamente al hijo, lo invade, lo devora psíquicamente, o lo atrapa en un deseo no tramitado, haciendo imposible su separación y su subjetivación. Tomando esa perspectiva, quiero hacer una reflexión a partir de una película francesa de 2024, que he tenido la oportunidad de ver ayer. La película se llama “Cuando cae el otoño” y me ha parecido incisiva y profunda.
“Cuando cae el otoño” ha sido dirigida por François Ozon. El personaje de Michelle encarna, de manera conmovedora y trágica, la noción de la madre-estrago que llevo investigando y desarrollando desde hace más de 30 años. Es una madre cuyo deseo no está mediado por la ley simbólica, sino que se desborda e invade la vida de su descendencia. Michelle, aunque amorosa y llena de buenas intenciones, es percibida por su hija Valérie como una amenaza inconsciente, no solo por su pasado como prostituta, sino porque su deseo vital (su energía, su necesidad de ser amada, su independencia) nunca fue claramente limitado. La posición de la madre con la castración es complicada, con lo cual el campo de lo real invade su vida y sobre todo, invade su maternidad en forma de goce mortífero, obsceno y feroz. En este contexto, la madre no es solo objeto de amor o rechazo: es un poder que arrastra y deja marcas imborrables. Valérie, atrapada entre la necesidad de reconocimiento materno y el horror ante ese deseo incontrolado, responde con un rechazo feroz, intentando cortar de raíz el lazo que siente como opresivo y que la angustia. La película pone en escena cómo la madre-estrago no necesita actuar de manera violenta o explícitamente dañina: basta con la falta de límites claros entre madre e hija para generar un efecto devastador en la constitución del sujeto. Esta película puede ser abordada desde una lectura cruzada entre Freud, Lacan y la noción de madre-estrago, para pensar cómo la maternidad, lejos de ser un refugio seguro, puede convertirse en el escenario de un drama psíquico imposible de resolver, a menos que, el sujeto tenga el privilegio de ir al diván.
 

 

Suicidio por Dra. Cristina Jarque.

 

SUICIDIO.
“En medio del odio me pareció que había dentro de mí un amor invencible. En medio de las lágrimas me pareció que había dentro de mí una sonrisa invencible. En medio del caos me pareció que había dentro de mí una calma invencible.
Me di cuenta, a pesar de todo, que en medio del invierno había dentro de mí un verano invencible. Y eso me hace feliz. Porque no importa lo duro que el mundo empuje en mi contra, dentro de mí hay algo mejor empujando de vuelta”.
Albert Camus
Hay quien dice que un suicidio afecta íntimamente por lo menos a tres generaciones. En España el suicidio es la primera causa de muerte no natural. Las últimas estadísticas en España, hablan de 4000 suicidios por año. Camus decía que no hay más que un problema filosófico verdaderamente serio y ese es el suicidio. Nietzsche decía que la idea del suicidio nos ayuda a pasar bien más de una mala noche.
El psicoanálisis descubre que la tendencia suicida de los seres humanos está presente toda la vida. La mirada psicoanalítica se convierte en la posibilidad de poner palabras a uno de los temas más enigmáticos de la existencia humana.
Lacan sitúa esta tendencia en la fase de miseria original HILFLOSIGKEIT (que es el desamparo a nivel de la desolación radical) que va del trauma del nacimiento al trauma del destete y que perdura como una huella de un trauma primitivo esencialmente suicida. Podemos observar que en algunos casos, cuando el suicida sobrevive o cuando deja una carta que intenta explicar su acto, se logra que el mismo sujeto sea quien hable de esta experiencia que resulta siempre intransferible y difícil de explicar, incluso para el mismo suicida, mucho más para lo seres queridos que se quedan vivos llenos de incógnitas. Cuando el suicida no sobrevive y tampoco hay carta, el legado entre sus seres cercanos es de mayor confusión y enigma.
Se intenta transmitir algo de lo que llamamos “la mirada del suicida” y “la mirada de su entorno”, yendo de lo universal a lo particular. Hace poco la comunidad psicoanalítica se vio alterada por la noticia del suicidio de un colega.
El colega en cuestión dejó escrita una carta que en un principio parecía dirigida solamente a algunos amigos cercanos, yo entre ellos, pero después, por alguna “causalidad” se hizo pública y todo mundo tuvo acceso a ella. Es posible que esa carta haya tenido lugar de testimonio y haya podido arrojar luz a lo que llamamos “la mirada del suicida”. Lo que es un hecho, es que recibí varios mensajes privados de colegas amigos que me comentaban lo que habían sentido en relación al suicidio de esta persona que había marcado las vidas de muchos de nosotros. Hubo quienes me dijeron que sentían una aceptación al acto, había en sus palabras comprensión y amor, decían que había sido un acto de valentía.
Otros estaban perplejos, llenos de incertidumbre, dudas, cuestionamientos.
Decían lo opuesto, que había sido un acto de cobardía.
La clínica nos enseña que esto es lo que ocurre ante el acto del suicido: hay quienes están en pro y hay quienes están en contra. No obstante, es cierto que todos los sujetos se cuestionan en algún momento el sentido de sus vidas y en algunos casos se plantean la posibilidad de poner fin a su existencia.
A veces ocurre en la vejez que es una etapa donde se realiza un balance sobre la vida, el sujeto puede sentirse solo, desamparado y no encontrar sostén ni deseo de seguir viviendo. Otras veces ocurre en el inicio de la adolescencia cuando el sujeto tiene que asumir la responsabilidad de su subjetividad separándose de la familia. Muchos suicidios se dan en sujetos melancólicos. Freud escribe en “Duelo y melancolía” que el melancólico introyecta el objeto y esto trae como consecuencias tendencias sádicas que recaen sobre el yo y que pueden llevar al suicidio.
Lacan en la conferencia de Ginebra dice que muchos hijos no deseados suelen suicidarse y habla de que en la melancolía hay un deseo puro que tiene tendencias a la inmortalización y eso solo puede darse en la muerte. Por ello el suicidio melancólico es una certidumbre de goce.
Cuando alguien importante muere, el melancólico sabe a quién ha perdido pero no sabe lo que ha perdido. Eso que ha perdido es a sí mismo pues al desaparecer alguien cuya falta colmaba, quien desaparece es su propio ser y esto puede desencadenar el pasaje al acto. El pasaje al acto es una salida de escena, el acting-out en cambio es una manifestación dentro de la escena que se dirige al otro. En mi opinión, el psicoanálisis apunta a la vida. Un recorrido analítico puede ayudar a alguien a saber qué hacer con la vida.
Saber qué hacer para no suicidarse. El amor puede poner un freno a la acción de la pulsión de muerte mediante la construcción del fantasma posibilitando la vía del deseo.
 

 

Newsletter LaTE abril 2025.





















 

Quiero expresar mi gran agradecimiento, tanto a Ana María García (una de las trece poetas hispanohablantes actuales más reconocidas a nivel munidal) como a la comisión de escritoras del PEN internacional del Perú. Ayer he recibido un texto escrito por Ana María García que me ha conmovido y emocionado profundamente. Este texto lo vamos a publicar en la Newsletter de LaTE de abril, pero quiero compartirlo también aquí. Gracias de todo corazón 💓

 

Visita de Cristina Jarque en marzo a Lima.
Ana María García.
El viernes 21 de marzo a partir de las cinco de la tarde tuvo lugar un acontecimiento muy especial. La protagonista de este acontecimiento, que podríamos tildar, entre otros muchos adjetivos (todos superlativos, por cierto) fue Cristina Jarque. Cristina iba a hacernos un regalo exquisito. Ella vino desde Toledo, donde vive, para ofrecernos una de sus interpretaciones más valiosas del monólogo, por ella escrito, sobre la persona de Sissi Emperatriz. Como sabemos, ella ideó estos monólogos para ayudar (ayudar es su esencia) a que toda persona fuera capaz de aproximarse, de manera sencilla al mundo confuso y atrayente del inconsciente y, de alguna manera dispusiera su espíritu y su conciencia para descubrir, a través de estos personajes, algo de su propio psiquismo. Años atrás, Cristina nos había contagiado de ese entusiasmo que la caracteriza y nos habíamos atrevido a hacer también nuestros Monólogos contra la violencia, como ella los ha llamado. Aquí en el Perú tuvimos varias puestas en escena en diferentes escenarios y con mucho éxito. Luego, en tiempos de pandemia, ganamos una de las ayudas que ofreció el Ministerio de cultura. De eso han pasado algunos años y recibir a Cristina, después de tanto tiempo nos llenaba de ilusión. Algunas de las participantes de entonces, algunos de los espectadores, que nos habían visto antes y otras amistades nos reunimos, llenos de expectativas para verla nuevamente.
La interpretación de Cristina colmó y superó nuestras expectativas. Sus palabras y la forma de decirlas, con sus gestos y ademanes, el tono de su voz, los altos y los bajos, y el contenido de su monólogo nos movió la imaginación, a tal punto que nos permitió ver, como en una película, la historia de Sissi y aproximarnos a sus angustias y afanes constantes en su camino hacia su libertad. En el caluroso aplauso íbamos agradeciendo cómo una interpretación de tal calidad nos había tocado infinitamente.
En la sala se sentía un solo latido, una emoción general exaltación y entusiasmo, de gratitud y reconocimiento, de manera profunda y sencilla se nos había transmitido un don. Todos dejamos de lado cualquier sombra para hacerla luz y amor. Cómo si todos hubiéramos resucitado a la esperanza.
Gracias Cristina.

"Voz bastarda" por Dra. Cristina Jarque.

 

Voz Bastarda
Cristina Jarque
Su voz es bastarda, fuera de lugar, desbordante en su crudeza. Es una voz que no quiere ser escuchada, una voz que, a pesar de su fuerza, siempre ha querido ser silenciada. Es una voz que desafía, que grita las verdades que muchos prefieren negar o ignorar. No es una voz suave ni complaciente, tampoco se adapta a las normas impuestas y por ello, aquellos que la oyen se sienten incómodos, porque les recuerda algo que prefieren no enfrentar: la realidad que no encaja en sus mundos, esos mundos que ellos creen perfectos, ¡pobres necios!
Por esos necios, a lo largo de los años, esa voz, ha sido rechazada, desplazada. Le han cerrado puertas, le han dicho que no tiene cabida, la han cancelado.
¿Por qué? Se pregunta, ella.
¿Acaso su voz enuncia una verdad que resulta demasiado dolorosa para ser escuchada?
¿Es por eso que resulta insoportable? Pero es precisamente esa verdad lo que la define. Es una voz que habla de las injusticias que se ocultan, de las realidades incómodas que se prefieren ignorar. Habla de las heridas de la sociedad, de los ecos de violencia y de dolor que no se quieren ver, porque es importante decir, que hoy en día, vivimos en una sociedad que señala la violencia, ¡sí!, pero solamente desde un ángulo, desde lo que llaman “lo políticamente correcto”. No obstante, si se habla de la violencia desde otro ángulo, entonces esa voz es una bofetada, un golpe en la cara de quienes prefieren vivir en el confort de la ignorancia. Pero, como todas las voces que se han intentado silenciar a lo largo de la historia, la suya no se apaga tan fácilmente. Aunque la rechacen, aunque la excluyan, aunque la cancelen, sigue ahí, viva, resonando en las sombras, porque siempre hay alguien que quiere escuchar esa voz. Alguien que tiene la lucidez de ver y que no se asusta. La voz bastarda es la de un águila, que en su soledad, ha aprendido que el rechazo es solo una forma de violencia más, una forma de despojarla de su derecho a existir. Pero esa violencia nunca ha sido suficiente para callarla. La voz bastarda no pide permiso. No está hecha para ser aceptada, está hecha para ser rechazada, cancelada, marginada y excluida. Pero también está hecha para ser una llamada, un grito en la oscuridad, un eco que resuena en los rincones donde la verdad se esconde. En su desobediencia, hay un poder indomable, una resistencia que no necesita ser validada por aquellos que prefieren callarla. Porque, al final, la verdad, aunque incómoda, tiene un camino propio y, por más puertas que cierren, siempre encontrará una rendija por donde escapar. Y aunque el mundo la rechace, aunque la acuse de ser inoportuna, su voz sigue siendo una, entre tantas, que se niega a ser ignorada. Porque en la quietud de la exclusión, se forja una nueva forma de existencia, una existencia que no depende de ser aceptada, sino de ser fiel a su propia verdad. Así, la voz bastarda, la que nadie quiere oír, continúa su lucha, aún en el exilio. Y aunque no siempre será escuchada, siempre será la que diga lo que otros no pueden ni se atreven a pronunciar.
 

 

LaTE-EnsoñArte-CoCrear. Es Hoy (12/03). Dra. Cristina Jarque (+1).

En el seminario 14 titulado La lógica del fantasma, el capítulo "Del pensamiento a lo impensable" (clase del 18 de enero de 1967) se centra en la conexión entre el pensamiento y aquello que va más allá de nuestra capacidad de comprensión. Lacan explora cómo el fantasma, entendido como una construcción psíquica, opera en el sujeto como una estructura que organiza la realidad interna, pero que al mismo tiempo está fuera de lo racionalmente pensable. El fantasma no es simplemente un pensamiento, sino un acontecimiento que articula deseos y traumas no verbalizados, algo que escapa a la lógica del sujeto. A través de este proceso, Lacan nos invita a reflexionar sobre cómo la subjetividad se enfrenta a lo que no puede ser completamente integrado en el lenguaje o la conciencia, lo "impensable", y cómo esta confrontación puede generar una reorganización de la subjetividad.

 


 

LaTE-PENSAR EL CINE. Es Hoy (Sábado 8 de marzo 18H). Lectura recomendada CINE & PSICOANÁLISIS. Inaugura: Cristina Jarque, cooordina: Facundo Podestá, intervienen: Verónica Ordeñana, Maria Padilla, Carlos López.

La película "Inocencia interrumpida" es de 1999, bajo la dirección de James Mangold. Basada en las memorias de Susanna Kaysen. La historia explora la experiencia de una joven diagnosticada con trastorno de personalidad límite en un hospital psiquiátrico en la década de 1960. El personaje de "Susanna" (Winona Ryder) encarna el conflicto entre el deseo y la falta. Ella se enfrenta a la imposición de un diagnóstico psiquiátrico que busca inscribirla en un orden simbólico en el que ella no se reconoce. Hay un rechazo de su parte a las reglas. Ella intenta evadir la castración simbólica, es decir, la aceptación de las reglas y los límites del Gran Otro. El otro personaje es "Lisa" (Angelina Jolie), ella representa el goce desenfrenado y la transgresión absoluta, por ello, funciona como un objeto de fascinación para Susanna porque Lisa no está completamente sometida a la Ley simbólica y actúa desde lo real, el ámbito del goce fuera del lenguaje, lo que la hace peligrosa y seductora. La película muestra cómo Susanna, a través de su estancia en el hospital y su relación con las demás pacientes, transita un proceso de "sujeción al orden simbólico", aceptando parcialmente su lugar en él sin renunciar totalmente a su deseo. Más que la adaptación a la normalidad, exploraremos cómo un sujeto, en estas condiciones, puede llegar a construir una posición subjetiva donde haya la posibilidad de asumir su deseo, sin quedar atrapada en la psicosis. Nos vemos en unas horas.

 


 

Cristina Jarque nos visita en Lima (marzo 2025).

Cristina Jarque nos visita en Lima.
Ana María García.


Cristina Jarque es una mujer extraordinaria en todo el sentido de la palabra. Las acepciones que este adjetivo cubre son todas aplicables a las cualidades que Cristina reúne como ser humano, como mujer, como psicoanalista, como escritora, como actriz, como conferencista y especialmente, como amiga.
Cristina nació en México, pero su nacionalidad va más allá de un lugar de nacimiento, no es solo mexicana, es también peruana, española, francesa, no solamente porque haya vivido en todos esos países, sino porque en cada uno de ellos ha sabido ganarse un espacio en el mundo académico, artístico, creador aportado lo mejor de sí misma desde su mirada profunda, crítica y siempre innovadora, así la huella que ha dejado en todos los lugares que han sido habitados por ella ha sido profundamente significativa. Las Asociaciones e instituciones dedicadas al estudio del psicoanálisis a las que ella pertenece, las que ha fundado o a las que se ha asociado, los libros que ha editado, los profesionales, a quienes ha convocado, evidencian su constante preocupación por alcanzar siempre la excelencia en cada uno de sus cometidos.
Tengo la suerte de ser testigo de gran parte de su recorrido y más aún, la gran suerte de ser una amiga entrañable. En realidad, todavía está por encontrarse la palabra que pueda expresar el vínculo que se impuso el día que nos conocimos en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, allá por el final de los años noventa en Lima y que hemos venido alimentando y venerando día a día a pesar de la distancia. Una amistad que alberga un sentir común, se ampara en una lujosa empatía, se nutre de esencias y circunstancias confluentes en una infinita extensión de inextinguible unidad. Sin embargo, y por todo ello, ninguna nomenclatura la alcanza.
Una de las facetas en las que más éxito ha tenido su constancia creadora ha sido la producción y puesta en escena de los Monólogos Femeninos (Contra la violencia) que se han extendido por muchos países. Uno de esos países ha sido el nuestro, El Perú. Para nuestra primera presentación (2016) contamos con la visita especial de Cristina, quien representó entonces a Esmeralda, el personaje de la novela Nuestra señora de Paris, de Víctor Hugo.
Los Monólogos han sido muy bien acogidos en el Perú, y después de la pandemia el Ministerio de Cultura los seleccionó como uno de los proyectos merecedores de su apoyo. En su origen, Cristina concibió el proyecto como un intento de acercar el psicoanálisis al público en general a través de la interpretación de Monólogos de mujeres, cuyas historias pueden haber sido vividas o inspiradas en la literatura o la mitología, pero que forman parte del acervo cultural popular, permiten un análisis profundo, con base psicoanalítica, pero a la vez usando un lenguaje claro y sencillo y una interpretación vivaz que llega a todo público. Cumple así su fin divulgativo mientras nos permite gozar de una calidad interpretativa de primer nivel.
El 21 de marzo tendremos la oportunidad de verla personalmente en Lima interpretando el personaje de la emperatriz Sissi, personaje histórico controversial, que nos permitirá cuestionamientos y reflexiones significativas.
La esperamos con gran ilusión.

 


 

LaTE. Ciclo de conferencias. (Es HOY) 08/02 a las 18H de España. Introducción a cargo de Cristina Jarque.

 LaTE. Ciclo de conferencias. (Es HOY) 08/02 a las 18H de España.
Inaugura Cristina Jarque, intervienen: Mauro Cruz, Mariela Flores e Itandehui González.
Introducción a cargo de Cristina Jarque.
1) Versiones del trauma en la teoría psicoanalítica. La clínica psicoanalítica testimonia que el trauma no es un evento en sí mismo, sino una irrupción de lo real, un exceso imposible de simbolizar. Se presenta como un agujero en la cadena significante, donde el sujeto tropieza con lo que no puede inscribirse en el orden del lenguaje. Freud lo articula en términos de una escena originaria, pero en Lacan el trauma no es un contenido reprimido, sino un vacío estructural. Su insistencia se da en el retorno de lo reprimido, pero también en la repetición compulsiva, allí donde el significante falla en suturar la falta. La versión clásica freudiana vincula el trauma con el après-coup, donde el sentido se construye retrospectivamente a partir de un segundo tiempo. Lacan, en cambio, enfatiza su anclaje en lo real, como un punto de imposible que insiste en el goce del síntoma. El trauma, así, no es lo que ocurrió, sino aquello que no deja de no escribirse en la estructura del sujeto. La clínica lacaniana no busca eliminar el trauma, sino bordearlo, hacer con él, posibilitando una nueva relación con el goce.
2) "El imperio de lo imaginario y la crisis del pensamiento". En la enseñanza de Lacan, lo imaginario se articula como el registro de la imagen, la identificación y el espejismo del yo. Desde el estadio del espejo, el sujeto queda capturado en una matriz de alienación, donde la imagen del otro funda una consistencia ilusoria. En la época contemporánea, asistimos a un imperio de lo imaginario, donde la proliferación de imágenes y semblantes obtura la mediación simbólica y produce una crisis del pensamiento. Cuando el significante pierde su función de corte, el sujeto queda atrapado en una lógica especular, en un circuito de retroalimentación narcisista que erosiona el deseo y refuerza la inmediatez del goce. En esta clase, exploraremos cómo el dominio de lo imaginario afecta la subjetividad y el lazo social, produciendo nuevos síntomas y modos de malestar en la cultura.
3) "Síntomas contemporáneos y la declinación del Nombre del Padre". En la enseñanza de Lacan, el Nombre del Padre opera como el significante que inscribe la ley y regula el acceso al deseo. Su declinación en la época contemporánea abre un nuevo horizonte sintomático, donde la falta deja de estar estructurada por la metáfora paterna y se multiplica en identificaciones erráticas y goces desbordados, donde no hay ley ni orden. Sin la función de anudamiento que brindaba el padre simbólico, el sujeto queda expuesto a la dispersión de lo real, allí donde el síntoma ya no remite a un saber inconsciente, sino a un modo de goce sin mediación. Reflexionaremos sobre cómo la crisis del Nombre del Padre está produciendo nuevos síntomas contemporáneos, su relación con el lazo social y las nuevas formas de malestar que están surgiendo en la subjetividad actual.

 


 

Sinceridad o crueldad por Dra. Cristina Jarque.

 Sinceridad o crueldad
Cristina Jarque
Imaginemos una situación cotidiana: una persona le dice a otra, con total franqueza, "¡Qué gorda estás!". A primera vista, podría parecer una simple observación objetiva. La báscula podría confirmar el hecho, y la persona que lo expresa podría considerar que está simplemente diciendo la verdad. Sin embargo, esta afirmación encierra distintas capas de significado que van más allá de lo meramente físico y objetivo.
Desde una perspectiva subjetiva, la intención de quien emite el comentario puede ser interpretada de varias maneras. Por un lado, podría pensarse que busca hacer notar el cambio físico de la otra persona, quizá con la intención de que tome medidas al respecto. Pero también podría estar transmitiendo un mensaje subyacente sobre la importancia que le otorga a la imagen y la apariencia. Además, podría haber un componente de autoafirmación en su comentario: "Yo no soy una aduladora, digo las cosas como son, sin filtros".
Sin embargo, más allá de la intención consciente de quien hace la afirmación, hay otra verdad oculta en la comunicación: una dosis de agresividad. No toda sinceridad es inocente, y en muchos casos, la insistencia en decir "la verdad" puede encubrir una intención de descalificar al otro, de hacerlo sentir mal bajo el pretexto de la honestidad. Para quien recibe el comentario, la "verdad" expresada puede convertirse en un ataque directo a su autoestima, generando resentimiento y malestar.
La línea entre la verdad y la agresión es difusa. Un estafador, por ejemplo, busca hacer pasar lo falso como si fuese cierto. Pero incluso en la mentira, la verdad puede aparecer de manera inesperada. Como afirmaba Lacan al referirse a los actos fallidos: "La verdad atrapa a la mentira en el error". En la comunicación cotidiana, esperamos que el otro sea veraz, pero esta expectativa está impregnada de una ilusión: la creencia en una verdad absoluta e inmutable. La realidad es que la verdad es móvil, depende del contexto, del momento y de la relación entre los interlocutores.
Nietzsche lo expresa de manera contundente en el aforismo 277 de La voluntad de poder: la exigencia de veracidad presupone que el individuo es siempre el mismo a lo largo del tiempo, que su identidad y sus palabras son invariables. Pero esto ignora el hecho de que la verdad está íntimamente ligada a la subjetividad y a las circunstancias. Pretender que alguien diga "la verdad" en todo momento implica una sobrevaloración de la objetividad, una ilusoria creencia en la exactitud absoluta del lenguaje.
El problema con la veracidad absoluta es que no siempre es deseable. La moralidad no puede sostener la exigencia de una verdad incondicional cuando esta tiene la capacidad de destruir. Decir una "verdad" con el propósito de dañar es, en muchos casos, peor que una mentira. Kant, con su riguroso imperativo categórico, ignoraba el poder destructivo que la verdad puede tener en determinadas circunstancias. En algunos casos, es preferible una mentira piadosa a una verdad brutal. La honestidad utilizada como arma puede ser tan cruel como la falsedad.
A veces, la sinceridad extrema se usa para inducir al error. Es el caso del clásico chiste citado por Freud: "Me dices que vas a Cracovia para que yo crea que vas a Lemberg. Pero yo sé que realmente vas a Cracovia, ¿por qué me mientes?". La intención de engañar puede manifestarse tanto en la mentira como en la verdad manipulada.
Existen diferentes tipos de mentiras. Algunas se basan en la malicia, en la búsqueda de un beneficio personal a expensas de la ignorancia del otro. Otras, en cambio, surgen de la angustia y la necesidad de protegerse a uno mismo. En el psicoanálisis, se presta especial atención a las mentiras "neuróticas", aquellas que se generan como respuesta a la ansiedad y que conducen a la represión.
El filósofo Descartes también exploró el papel del engaño y la ilusión en la mente humana. Uno de los aspectos más perturbadores de la mentira es el poder que otorga al que la formula. Engañar puede generar un goce particular, una sensación de superioridad sobre quien cree en la falsedad. El mentiroso experimenta placer al sentirse más inteligente, al "hacer tonto" al otro. Este mismo fenómeno se puede observar en el mito de Edipo y Yocasta: ella, pese a todos los indicios, se aferraba a la idea de que su esposo no era su hijo. Sabía la verdad, pero gozaba del hecho de que Edipo la desconociera. Su deseo criminal se manifestaba en su necesidad de mantener el engaño.
Este mismo patrón se repite en diversas situaciones de la vida cotidiana. La mentira otorga una sensación de control y poder, mientras que el engañado queda relegado al papel de incauto. Sin embargo, quien se deja engañar no es necesariamente una víctima inocente, sino un cómplice inconsciente del engaño. Como dice Lacan en su seminario XXI, el que cae en la mentira muchas veces elige hacerlo, prefiriendo el placer de la ignorancia a enfrentar una verdad incómoda. De allí su célebre frase: "Yo digo siempre la verdad, pero no toda".
En definitiva, la verdad no es un concepto absoluto ni neutral. Su expresión puede ser un acto de agresión, una forma de dominio o una estrategia de manipulación. La sinceridad no siempre es una virtud, y la mentira no siempre es un vicio. En un mundo donde la comunicación está llena de matices y dobles intenciones, quizá lo más sensato no sea exigir la verdad absoluta, sino aprender a distinguir entre la honestidad constructiva y la verdad utilizada como un arma. Así, podríamos evitar convertirnos en víctimas de una sinceridad que, lejos de liberar, puede resultar más cruel que la más elaborada de las mentiras.